Reducir el impacto en el entorno debe ser una de las preocupaciones claves de las empresas y de las administraciones públicas. Para ello, es importante saber qué se está haciendo y qué impacto está teniendo en el medioambiente, como también resulta crucial ser lo más eficientes posibles a la hora de establecer los consumos energéticos que se realizan.
Para las empresas es muy importante comprender el entramado de su infraestructura energética, para lo que las auditorías energéticas resultan una de las mejores soluciones para comprender qué se está haciendo.
Una buena auditoría energética ayudará a comprender cuáles son los consumos energéticos que se están haciendo, en qué se está fallando, en dónde se podría mejorar y, por supuesto, cuál debería ser el camino para hacer mejor las cosas.
En ese camino para hacer mejor las cosas, se ajustarán las pautas de consumo, se optará por una mayor eficiencia y se cambiará el consumo a una energía más limpia.
Las renovables son la alternativa verde al consumo energético tradicional y la solución para evitar el impacto negativo que estas tienen en el entorno. Además, las fuentes de energía renovables se han convertido ya en una opción sólida y solvente, que da un servicio de calidad a sus usuarios.
Posiblemente, el mejor ejemplo para comprender cómo las energías renovables son ya una óptima y segura opción en términos energéticos esté muy cerca. Solo hay que cruzar la frontera para encontrarse con una muestra ya no solo del potencial sino también de la aplicación práctica que tienen las renovables.
Portugal ya es capaz de funcionar usando solo energías renovables.
La REN (las siglas de las Redes Energéticas Nacionais, el organismo que gestiona las principales infraestructuras lusas de transporte de electricidad y gas natural) anunciaba recientemente un nuevo hito histórico. El 11 de marzo de este año, la producción de energía eólica en el país llegó a un nuevo máximo histórico, con 101 GWh, superando los 96,7 GWh que habían logrado a principios de 2017.
Lo importante de estos datos no está tanto en ese récord, sino en lo que esta cantidad de energía ayudó a permitir. Portugal logró desconectarse durante varios días de las energías tradicionales. Durante 63 horas de marzo, todo el país estuvo empleando únicamente electricidad procedente de las fuentes renovables.
Como explican en un comunicado en su página, “entre las 20:30 horas del viernes, 9 de marzo, y las 12 horas del lunes, 12 de marzo, la producción renovable, fundamentalmente hídrica y eólica, fue suficiente para abastecer el consumo nacional“. Durante ese período, Portugal no necesitó la energía que generan las grandes centrales que emplean carbón y gas natural como fuente para sostener su red eléctrica.
El alto uso de las renovables no solo se limitó a este momento de pico histórico, sino que se extendió también durante todo el comienzo del año. Aunque el consumo 100% de renovables no se pudo mantener durante todo el trimestre, los datos de balance de la REN apuntan a que durante ese período emplearon un 61% de energías limpias para abastecer a la demanda de consumo de la red nacional.
Lo lograron, además, a pesar de que la demanda de consumo que tuvo que soportar la red eléctrica fue superior a la que afrontó en el mismo período del año pasado. El consumo de electricidad creció en un 4,7% frente a los datos del año precedente.
En total, de todo el consumo eléctrico portugués de este comienzo de año, el 31% se cubrió con energía eólica, el 24% con hidroeléctrica, el 5% con biomasa y el 1,1% con fotovoltaica.
Según previsiones de la Associação de Energias Renováveis, APREN, se espera que Portugal logre desconectar las energías tradicionales en 2040 y que su red eléctrica pase a depender solo de fuentes renovables.