Las inversiones en autoconsumo y eficiencia energética de particulares y empresas se disparan ante la perspectiva de sobrecostes futuros en el gasto energético.
¿Cuál está siendo el verdadero impacto de la crisis de Ucrania en las facturas energéticas de las familias y negocios? ¿Qué expectativa de futuro podemos tener?
Un hogar medio está elevando hasta 1.000 € al año el pago de electricidad y gas natural, el equivalente aproximado del pago de un alquiler medio en España, por ejemplo. En el caso de las empresas, donde la componente variable del precio de la energía en la factura es mayor, el impacto porcentual está siendo incluso mayor: muy cerca de duplicar su coste respecto al pasado. El problema es que todo apunta a que no se trata de una situación coyuntural. El mercado mayorista de futuros de la energía prevé precios elevados al menos hasta el año que viene. Además, la voluntad de la UE de reducir la dependencia del gas ruso también tiene implicaciones inflacionarias en los precios del resto de energías.
Fondos Next Generation, ayudas por el COVID, bonificaciones fiscales, financiación bancaria verde… ¿cuál es el verdadero impacto de estos mecanismos para mitigar el problema actual?
Nunca en la historia han confluido tantas herramientas a las que recurrir. Sin embargo, no todas están teniendo un efecto real. En el caso de los fondos Next Generation EU y sus más de 28.000 millones de euros para la transición ecológica para el 2021-23, apenas una pequeña cantidad ha llegado a la economía real. Sí que es positivo el crecimiento en la financiación sostenible. Desde las “hipotecas verdes” hasta los préstamos y bonos sostenibles que ofrece la banca y que están alcanzado récords año a año. La suma de las ayudas, cuando capilaricen realmente, junto a la financiación, sí que producirán un impacto notable para resolver parcialmente la situación actual. Empresas como la nuestra ya estamos anticipando tres o cuatro veces más de demanda de ejecución de proyectos que en 2021.
Hablando de la principal industria Balear, ¿cuál es el impacto de esta crisis en el turismo y qué está haciendo el sector para adaptarse?
Como decía, es muy común que se esté multiplicando por dos la factura de energía de, por ejemplo, un hotel. La buena noticia es que los elevados precios, unidos a los citados incentivos, han incrementado radicalmente la rentabilidad de las inversiones en eficiencia y autoconsumo energético. Un euro invertido en este ámbito se amortizaba antes en 6-7 años, mientras ahora lo hace en 3-4 años. Estos retornos no se dan en la actividad habitual de las empresas, lo que está siendo la verdadera palanca de impulso a este tipo de iniciativas. La mala noticia es que los negocios estrangulados por el COVID carecen de capacidad inversora y se convierten en los más vulnerables al encarecimiento de la energía.
En cuanto a la vulnerabilidad y pensando en las familias. Las grandes expectativas depositadas en la rehabilitación energética, ¿serán verdaderamente un alivio para su factura energética?
Más de 6.000 millones de euros de los fondos Next Generation UE son destinados a la rehabilitación energética, ya que las viviendas son responsables del 40% de las emisiones de la UE. La cobertura de estas ayudas llega hasta el 80% de la inversión (100% en colectivos vulnerables), con la que pueden reducir hasta un 50% su factura mensual, logrando también reducir el impacto de los vaivenes en los precios de la energía. Que de verdad se logren estos objetivos va a depender de la agilidad de las administraciones (en este caso autonómicas) y la figura de los “agentes rehabilitadores” que ayuden a las familias a gestionar el proyecto y las ayudas.